Política

Reunión histórica de Raül Romeva con Ministros de Exteriores de Alemania y Francia

Viernes 18 de agosto, cuando apenas si hacía veinticuatro horas del atentado de la Rambla de Barcelona, el consejero de Asuntos exteriores, Raül Romeva, recibía en el aeropuerto de Barcelona los ministros de Asuntos Extranjeros de Francia y Alemania, Jean-Yves Le Drian y Sigmar Gabriel. Le Drian llegaba al Prado hacia la cinco de la tarde y Gabriel menos de una hora más tarde. El recibimiento se hizo en la sala de autoridades del aeropuerto, una sala que depende del estado español. Pero, sorprendentemente, la única autoridad estatal presente era un personaje mucho segunda fila, el baches-delegado del gobierno español en Barcelona, Emilio Ablanedo.

La reunión, con toda normalidad, de Romeva con los ministros de Asuntos Extranjeros alemán y francés causó un evidente malestar en Madrid, incluso dadas las circunstancias. Aislar la diplomacia catalana ha sido una prioridad de la actuación del estado español estos últimos años y ni siquiera las circunstancias más que excepcionales de aquel momento no rebajaron el malestar del gobierno de Rajoy. Todas las fuentes coinciden en decir que no implica ni implicará ningún cambio a corto plazo en cuanto a la política de los dos países en el conflicto abierto en Cataluña, que es de apoyo al estado español. Pero también sostienen que el contraste entre la ausencia del gobierno español y la gran capacidad del gobierno catalán impresionó los máximos responsables de la diplomacia francesa y alemana.

Cómo se triunfaba durante el franquismo

Octavi Monsonís (1949) reapareció en el panorama literario el 2013 cuando Ediciones de 1984 le publicó el libro Calle de paso. Confiesa que la acogida de sus compañeros ha sido muy buena e intergeneracional. Y que, a pesar de que trabaja en una trilogía sobre el fascismo, el relato breve –que es su gran pasión– también le atrae. Luna cruda, la primera de estas tres obras en que indaga sobre el fascismo, nos lleva a un tiempo oscuro de la Historia española, en la que 40 años de dictadura dieron rienda suelta a lo peor de algunas personas.

¿Quién inventó la primera ley?

El origen de la Ley se basa en la necesidad impuesta por la condición social del ser humano. La palabra Ley tiene su origen en la palabra latina «derectum» que significa recto, refiriéndose a los fieles de la balanza, que mantiene en equilibrio ambos platos, tratando de lograr un equilibrio entre los derechos en competencia.

En toda comunidad hay conflictos, y las normas que constituyen la Ley tienen el objetivo de resolverlos, por lo que desde las sociedades humanas más primitivas se les exigía establecer jerarquías, división de roles, regulación de la vida sexual, resolución de disputas de propiedad, etc., hasta consolidar modelos de Estado como, por ejemplo, la protección de la protección del capitalismo privado.